Sylvia Lago Carzolio, escritora, professora e crítica literária uruguaia nasceu em 1932, em Montevidéu, capital e maior cidade do país. Publicou seu primeiro trabalho, “Trajano”, em 1962, seguido por “Tan solos en el verano” (1965), “La última razón” (1968), os contos de “Detrás del rojo”(1969) , “Las flores conjuradas” (1972), “El corazón de la noche” (1987), “Quince cuentos para una antologia” (1988), além de colaborações, em co-autoria, em algumas antologias de contos, a saber, “Cuentos de nunca acabar” (1992), “Cuentos de atar” (1993) e “Erkundungen” (1993). Em 1995, a obra “Días dorados, días en sombra” trouxe trabalhos seus escritos no período de 1965 a 1995. Em 2002, seu romance “Saltos mortales” ganhou o segundo prêmio no concurso anual de literatura do Ministério da Educação e Cultura do Uruguai. Em 2011, sua obra “Penumbra”, foca a magia e as incertezas que permeiam as narrativas uruguaias mais recentes.
Por adição, a autora organizou e participou de várias obras acadêmicas focando Leopoldo Lugones, bem como, a violência na narrativa latinoamericana de Asturias, Rulfo, Acevedo Díaz e Quiroga, além de homenagens a Mario Benedetti, Juan Carlos Onetti e José Saramago. Em 1999, focou os contos fantásticos do Uruguai. Em 2001, alguns escritores da resistência no país. E, em mais de uma abordagem, a elaboração de um panorama da narrativa uruguaia das últimas décadas. Tendo exercido a docência durante mais de vinte anos, deixou tal atividade a partir a partir do regime ditatorial de 1973, período no qual se dedicou aos Estudos Literários, juntamente com o professor Jorge Arbeleche, continuando a atuar na criação e crítica literária.
Integrante da Geração de 60, seu livro “Trajano” tem como personagem-narrador Angelino, um menino de doze anos. Segundo a autora, “Reproduzco una situación real en la que el personaje era masculino. Cuando busco la primera o la tercera persona la estoy determinando por el tema y no por una norma estética que me imponga antes.”. Um trecho? “Aunque ahora soy un hombre y la niñez parece encogerse en un hueco lejano y opaco de mi vida, vuelvo a veces a ella con el recuerdo, movido por la imperiosa necesidad de recrear en la mente a Trajano, mi perro… Cincuenta años, dieciocho, once; duelos y reconciliaciones y como una amenaza monótona por lo conocida pero temible siempre, la pobreza y a veces, hasta el hambre… “Mi madre siempre decía: “yo soy una mujer a quien la vida ha hecho fuerte”. Era su autodefinición. Tenía cincuenta años y había sido abandonada por mi padre pocos meses después de nacer yo, por lo cual llevaba sobre sí una carga de sacrificio continuado. Era necesario procurarse el sustento ganándolo todos los días con el esfuerzo rudo.”.
Na obra, sua irmã Cláudia é quem age fora dos padrões para a época, escondendo da família seu relacionamento com um rapaz mais jovem. Observando as ações da irmã, é Trajano quem percebe estar ocorrendo algo diferente com ela, “Parecía hechizada: se me antojó de pronto una mujer distinta, enigmática, casi hermosa. Nunca había pensado, hasta entonces, en una Claudia con possibilidades de enamorar. Por eso la sorpresa fue más grande… Claudia no había confiado a mi madre su noviazgo; más que por temor, pienso que había sido porque el mantenerlo em secreto le proporcionaba un placer excitante que colmaba en parte su ansiedad de aventura y de riesgo en un mundo opaco que nada le prometia…me di cuenta que me había extraviado,…Decidí buscarla en silencio orillando el río…De repente como si una maza de plomo se derrumbara sobre mí, paralizándo me bajo su peso. Lo vi todo. En un claro del monte junto a un árbol caído…Los cuerpos se habían confundido, parecían un monstruo de dos cabezas, agonizando en el suelo, sucio de arena y sudor. Por un minuto me quedé petrificado, idiota”.
Na obra, é esse brusco peso emocional, de conhecer os segredos ocultos de alguém, que faz com que Trajano deixe de ser menino e se torne um homem. De acordo com a crítica, “la desintegración del mundo tradicional se produce para la fundación de un mundo otro, y para ello, el quiebre de los modelos preestablecidos, y el surgimiento de una familia otra, cuyo sólo nacimiento implica la transformación social”. Por adição, a exposição da personagem Cláudia, na obra, revela a maneira inovadora de Sylvia Lago apresentar o gênero feminino em sua narrativa; a representação literária da mulher em relação a sua própria construção feminina, acompanhada de como se dá o peculiar funcionamento de tal temática no texto.